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"El mundo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página."
El éxodo de los refugiados en Lesbos, Grecia
"Ya he llegado". Es lo primero que dicen a sus seres queridos cuando pisan las playas de Skala Sikamineas, un pequeño pueblo de pescadores situado en la costa de la isla griega de Lesbos. Miles de sirios, afganos o pakistaníes se juegan la vida sobre lanchas neumáticas o lamentables barcos de madera para llegar desde Turquía. Pero esos nueve kilómetros de mar Egeo, que se llevaron a 284 personas durante los dos primeros meses de 2016* y se pueden cruzar en un ferry por quince euros, no son nada comparados con lo que dejan atrás: la guerra y el terrorismo les han despojado de su hogar. En marzo de 2016, las autoridades cerraron las fronteras griegas dejando atrapadas a miles de personas en los campos de refugiados. Las alambradas y los muros de Moria, el campo más grande de Lesbos, eran el primer recibimiento oficial de la Unión Europea, ya que en las playas sólo se encontraban los voluntarios de las ONGs. ACNUR calcula que en 2015 murieron aproximadamente 3.700 personas ahogadas en el mar Mediterráneo. En lo que va de año, los desaparecidos han ascendido a 4.636, la cifra más alta jamás registrada.
*Según la Organización Internacional para las migraciones.

Refugiados en la playa de Lesbos (vía El Comercio).
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